Praga, la capital de la República Checa, se ha convertido en una de las ciudades más visitadas de Europa. Sus encantos turísticos no son ningún secreto. Desde hace siglos, la ciudad ha sido capital de la región de Bohemia, y junto a Budapest y Viena forma un triplete espectacular para visitar en Centroeuropa. La elegancia de sus calles, sus monumentos, su historia… Todo parece atraer la atención de los turistas que llegan por miles desde todos los rincones del planeta. También los precios de la comida y la bebida, que son bastante asequibles en comparación con otras capitales europeas. Por no hablar de la calidad del maná dorado en República Checa, uno de los países donde más cerveza se bebe en el mundo. El cementerio judío, el Gran Reloj Astronómico, las calles y plazas donde comprar o parar a tomar un café… Praga está llena de encanto y de pequeños rincones donde disfrutar de nuestra estancia.
Hay uno que en los últimos años está ganando mucha popularidad, aunque sigue sin aparecer en la mayoría de las guías turísticas. ¿Cómo es esto posible? Digamos que se trata de un lugar poco “recomendable”, al menos para aquellos que tienen la mente un poco cerrada. Es un club nocturno, de hecho, uno de los muchos que podemos encontrar por las calles de Praga. Aunque en realidad, no es uno cualquiera, ni mucho menos. El Big Sister es especial porque ofrece algo que los demás no, algo que, de hecho, ningún otro local nocturno ofrecía cuando éste abrió sus puertas. Por una entrada de solo 10 euros puedes disfrutar de un rato de sexo con una preciosa escort, normalmente checa, sin pagar absolutamente nada más por el servicio. Normalmente, las escorts suelen cobrar en torno a los 60 euros, algo así como 80 dólares, por sus servicios. ¿Cuál es el truco? Una idea muy sencilla y sin duda original, pero no para todo el mundo: el encuentro es retransmitido por Internet. Así es, cualquier usuario que esté conectado a este burdel, en cualquier lugar del mundo, puede ver el polvo que echas con esa escort.
Un curioso burdel en Praga
El Big Sister es uno de los burdeles más populares de toda Praga, y su fama es bien merecida. Ubicado en pleno corazón de la ciudad, sus dueños gastaron una pequeña fortuna, se dice que más de tres millones de dólares, en reconvertir un palacete renacentista en este inmenso local. Y no exageramos con lo de inmenso, puesto que cuenta con medio centenar de habitaciones. No todas están ocupadas, eso sí, pero suele haber como unas treinta chicas trabajando a cualquier hora del día en el burdel, en turnos diferentes. Las salas donde trabajan están coquetamente ambientadas, dando un ambiente muy especial. Y es que no solo serán los clientes y las chicas las que disfruten de esa ambientación, sino también los muchos usuarios de Internet que están abonados a este burdel online.
Los encuentros sexuales se transmiten online
Cuando encuentras el aristocrático edificio, en una de las zonas más lujosas de Praga, te das cuenta de la dimensión que tiene este negocio. No es una broma. No es una leyenda urbana de tantas como pululan por Internet. Estamos hablando de un verdadero burdel de lujo que puedes encontrar en pleno centro de una capital Europea, y en el que solo te van a cobrar una pequeña entrada de 10 euros, unos 12 dólares. Al entrar, eso sí, te harán firmar el contrato. Ese en el que debes ceder tu imagen para que la emisión del encuentro sexual se lleve a cabo en todo el mundo a través de Internet. Más de 15.000 abonados en todo el mundo podrán verte disfrutar con la escort que elijas. Y no tendrás que pagar un solo céntimo más por estar con ella.
Las chicas son normalmente escogidas entre las prostitutas de la propia ciudad de Praga, aunque dada la popularidad del burdel, también han llegado desde otros lugares. Muchas son de Europa del Este, ya que es un tipo de belleza que suele encandilar a los turistas y visitantes. Otras muchas también llegan desde Alemania, Italia o España, e incluso países como Cuba, Brasil o Colombia. El hotel se reserva el derecho a retransmitir online el encuentro o grabarlo para editarlo posteriormente en un DVD, o lanzarlo por Internet. Es de ahí de donde sacan sus beneficios para poder permitirse el lujo de dejar que los clientes solo paguen 12 dólares por un encuentro sexual. Un negocio arriesgado que sin embargo, les ha funcionado bastante bien gracias a la magia de la red.
Muchos usuarios en todo el mundo
Según la propia web del burdel, Big Sister ha llegado a contar con más de 15.000 usuarios únicos repartidos por todo el mundo. La mayoría de ellos varones, aunque en muchas ocasiones, estos usuarios tampoco especifican su sexo. A cambio de una suscripción mensual, como con Netflix o más recientemente con Onlyfans, estos usuarios tienen acceso a las retransmisiones online del burdel. Es decir, que un chico cualquiera de Valparaíso puede disfrutar, en vivo y en directo, del polvo que un turista estadounidense tiene con una escort checa. En la mayoría de ocasiones, los turistas aparecen con la cara tapada o pixelada, para salvaguardar también su identidad. Para otros muchos, esto no es ningún problema.
El éxito del burdel les permitió contratar a muchas chicas hermosas y espectaculares, atrayendo así a más clientes, tanto físicos como online. Un lugar en el que por 12 dólares puedes gozar del placer con una imponente diosa checa es un sitio al que muchos les gustaría visitar, desde luego. Por eso la fama del Big Sister ha sido más que merecida, arriesgando desde el primer momento con un formato muy novedoso, pero que ha dado su resultado. Las diversas prohibiciones a burdeles en Praga han puesto mucho más difícil el trabajo en este local en los últimos tiempos, pero su historia ya ha quedado grabada para siempre en los anales del sexo online.
¿Un negocio con futuro?
Muchos piensan que, con la aparición de Internet, la prostitución, como parte de la industria del sexo, está viviendo una transformación imparable. No hay más que ver cómo el mundo del porno ha cambiado por completo, grabándose ya solo pequeñas escenas, cámara en mano, en lugar de esas superproducciones de hace veinte años. La gente tiene acceso a todo el sexo del mundo, a todo el porno que pueda imaginar, y al final lo que busca es lo auténtico, lo real. El chico que no tiene pinta de actor y la chica que está empezando, con los nervios de la primera vez ante las cámaras. El tipo que llega a un burdel y disfruta del mejor polvo de su vida con una profesional… Big Sister abrió la veda para los burdeles online, y la idea no ha caído en saco roto, porque ya son muchos los que estén empleando este tipo de servicios online. ¿Es el futuro del sexo? Habrá que verlo.